martes, 4 de mayo de 2010

D.F. día 25



04/05/2010

Me las prometía muy felices al visitar el Centro Cultura de España en México. Un lugar, eso sí precioso y con estupendas exposiciones entre ellas "El Gran Zoo y otras historias (para ver, escuchar y leer...)" donde la editora Zorro Rojo ha expuesto maravillosos libros y trabajos de ilustradores. Decía que me las prometía felices porque había encontrado, por fin, según el folleto, un lugar que tenía biblioteca y sala de lectura. Pues la Biblioteca es de acceso restringido y la sala de lectura es un cuchitril con un banco corrido de gomaespuma forrada de rosa, de aspecto "de diseño", con dos revisteros bien surtidos pero con televisión con sonido alto. En fin, que no te puedes sentar cómodamente y tampoco te puedes concentrar por el volumen de la mierda-tele.
Menos mal que gracias a uno de los informadores del Centro he podido descubrir la Biblioteca de México "José de Vasconcelos". Un enorme recinto con espacio para sentarte a estudiar, a escribir, a conectar el computador, etc. Incluso para refugiarte en caso de sismo.
Lo malo es que, para llegar, tengo que hacerlo a través de la Calle Balderas, cuyas aceras (como en muchas partes del D.F.) están infestadas de puestos de comida y de la más variada coyuntura mercantil. Se vende de todo. Por eso, tal vez, no abunden las tiendas de chinos. Aquí, es en la calle. El problema es que se instalan en la acera, con lo cual sólo se deja espacio para que se circule en fila india en cualquiera de las dos direcciones. Imaginaos la hora punta como es. Aparte, yo no es que poseea una altura prodigiosa pero, tienes que ir encorvado pues de otro modo te llevarías las variopintas mercancias que hay colgadas de cada travesaño de los puestos.
Pero bueno, así es esto.
Hoy, como podéis apreciar en la foto, he adquirido por primera, y tal vez por última, un ejemplar de "La Prensa", un periódico que se edita en la cuadra de al lado de mi hotel. Os podéis imaginar de qué va. Lo que me pregunto es que si en las condiciones del contrato de los fotógrafos de este periodico entra el tratamiento psicológico. Porque no me diréis que al cabo de unos días de trabajar en esto no acabas con síndrome de estrés post-traumático. O no. Igual, a estos reporteros gráficos, les pasa como a los que degüellan pollos en los mataderos industriales, que "uno acaba por acostumbrarse a todo".
Tenía otra foto más clara, pero no salía la noticia de Michael.
Ojo a las narco-armas enjoyadas.

s.i.c.p.

2 comentarios:

  1. Cuánta carnaza !!
    Ayer ví un ratito a Juan.
    Besos !
    MIGUEL.-

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  2. PERO ESTO ES TIPO -EL CASO- NO!!
    Juanan

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