viernes, 21 de mayo de 2010
Juan Pablo II
21/05/2010
En este país Benedicto XIII no tiene mucho tirón. Será que al estar mayor y no haber venido por estas tierras y, además, tener tan poca presencia tendrá algo que ver.
En cambio Juan Pablo II sí tiene tirón y sigue teniéndolo. No en vano fue el primer Pontífice en visitar esta tierras, las únicas en las que Nuestra Señora se decidió a aparecer bajo la advocación de Guadalupe. Algo curioso pues apareció, sólo unos diez años después de la caída de Tenochtitlán, en el lugar donde se adoraba a una diosa madre (o algo así) y como fruto y comprobante de su advenimiento quedó su imagen estampada sobre el sayal del pobre indígena que tuvo la suerte de ser testigo. Más curioso aún es que la imagen que quedó estampada, por mucha cara pretita que tenga la Virgen, es de un estilo muy deudor de la pintura flamenca tan en auge por aquellas fechas.
Pero volvamos a Karol. En México D.F. no he visto una sola imagen de Benedicto XIII, en cambio de Juan Pablo II las hay en todas partes que uno mire. Bien está, como he dicho antes, que tenga predicamento y que su imagen y presencia escénica hagan a la gente olvidar en qué estado ha dejado a la Iglesia Católica. Todo por sus silencios en cuanto a todos los asuntillos de debilidad venérea de sus mensajeros por el mundo. Una mierda que le toca arreglar al nuevo que es más feo y que a la gente no le cae bien, entre otras cosas, porque no le entiende. Sus elucubraciones y razonamientos rozan en muchos casos lo sublime, no en vano viene de donde viene. Ojo, que no estoy diciendo que los asuntillos sólo tuvieran lugar durante el pontificado del polaco. No. Pero sabía y mucho. Y no hizo nada en absoluto. Y como premio, pues pronto lo harán santo imagino. Igual que en la política española. Lo que no sé es si su cuerpo, una vez muerto estará incorrupto cuando, en sus último años de vida, parecía que no lo estuviera en absoluto.
s.i.c.p.
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